Así se materializa una meta

Cada que Maria Shirley siente que se le están enredando las cuentas de la quincena, saca su cuaderno, ese que tiene reservado para anotar todos sus gastos –que la gaseosita, el almuerzo en la oficina, los gusticos del fin de semana, en fin– y seguir su presupuesto, ese cuadernito que tiene grabado en la portada un “cree en ti”.  

Maria tiene 30 años y es líder de Seguridad y Salud en el Trabajo en una empresa en Medellín, ahí fue que conoció a qiip; por una recomendación para tomar conciencia de sus finanzas. Siempre le ha llamado la atención el tema, así que, no dudó y se descargó de inmediato la app moradita.  

Lo primero: responder el test de bienestar financiero. Se dio cuenta de que ya tenía una buena idea de cómo manejar su plata, pero había muchas dudas en el aire. Sobre todo, porque sus primeros coaches financieros; o sea, los que le enseñaron lo que sabía hasta el momento, eran sus papás. Y es lógico que aprendiera de ellos sus buenos hábitos; y, bueno, los negativos también. Aquí es donde entró Magda, su coach qiip a cambiarle el panorama.  

“La primera sesión era para conocernos, ver en qué estaban mis finanzas y cómo podíamos avanzar. Pero fue como si nos conociéramos de toda la vida, entendió mi objetivo y lo que necesitaba”. ¿Y qué necesitaba? Terminar de construir su apartamento (¡suyo!), trabajado con esfuerzo por dos años y en el que hoy vive con su pareja. Dos años en los que su vivienda se convirtió en un proyecto de los dos. El terreno ya lo tenían, su novio es oficial de construcción; así que, él se encargó de la mano de obra y ella de poner los insumos, materiales y demás. Fueron días en los que ambos llegaban cansados de trabajar, a seguir trabajando en ese sueño compartido. “Las metas no son fáciles, pero cuando uno quiere, se pueden”. La meta ya la tenían un año antes de iniciar sus llamadas con Magda, pero el acelerón que le ayudó a terminarla fue la herramienta de oro que aprendió con qiip: el presupuesto.  

Y es que por eso le tiene tanto cariño a su cuadernito, porque ahí puede anotar, rayar, modificar, saber lo que tiene hoy y lo que puede planear con eso. Su novio se lo cuestiona, le dice que por qué tiene que anotar todo, que eso a él le estresaría. Pero, a ella, es lo que le da la tranquilidad de saber que toma decisiones con inteligencia, más cuando siente ansiedad por las compras que debe hacer. Ese apartamento no se amuebla solito, las lámparas, los sofás, todo lo que hace de su casa suya, son gastos que también debe cubrir.  

¿Deudas? Sí, las tuvo. Para empezar a construir, pidió un crédito. “Suelo ser muy ansiosa y me meto en muchas deudas”. Sin embargo, en el camino, le ofrecieron una reestructura, en la que le proponían bajar de una tasa de interés del 1.18% a un 0.89%. “Eso son cosas que uno, normalmente, no entiende y pasa por alto, pero la voz consejera de Magda, esa que me hizo saber que era un buen negocio, me ayudó a tomar la decisión y salí de eso más rápido.   

Ah, pero eso sí, algo a lo que le hace espacio –siempre, pero siempre– en su cuadernito es el ahorro. Esa consciencia es la que, hoy, le ayudó a pagar un diplomado inesperado que necesita para terminar su especialización. “Es que, si no me saco, mes a mes, mi ahorro, siento que me fallé, porque ya sé lo importante que es tener el hábito”. 

Shirley ya es una “graduada” de coaching qiip. Terminó de ver todos temas estructurados en la app. Ahora, en su día a día, aplica los conocimientos que aprendió. Sabe cuándo decirse a sí misma que “en la casa hay comida” y cuándo se puede dar un gustico. Sabe que hay que hablar de plata para poderla manejar e intenta enseñarle lo que sabe a su hermano. Sabe cuándo decirle no a una deuda que no le conviene. ¿Su próxima meta? Construir dos nuevos apartamentos, pero estos para tenerlos como inversión, para alquilar y tener unos ingresos extra.  

Fuente: Maria Shirley Sánchez, usuaria qiip.